Ante la temprana muerte de Ken Robinson, un gran líder en resignificar los contextos de enseñanza-aprendizaje, en Yuken quisimos rendirle un homenaje, sintetizando su vida y su visión sobre educación.

Ken Robinson, (4 de marzo de 1950-Los Ángeles, 21 de agosto de 2020). Educador, escritor y conferencista británico. Es considerado un experto en ámbitos de la creatividad, calidad de enseñanza, innovación y recursos humanos. Debido a su relevancia en estos campos y a su visión de incorporar clases de arte al currículum escolar, fue nombrado «Sir» por la reina de Inglaterra, Isabel II en 2003.

Durante cuatro años (1985-1989), Robinson fue el director del proyecto The Arts in Schools Project, iniciativa que pretendía mejorar la enseñanza y el aprendizaje de las artes en las escuelas británicas. Desde 1989 hasta 2001 fue profesor de educación artística y portavoz del departamento de educación artística en la Universidad de Warwick. Paralelamente, también fue encargado de las investigaciones para el desarrollo de la Facultad de Educación en la que trabajaba. A estos cargos hay que añadir los de Director de estudios de grado en el instituto Warwick para la educación, Director del programa de posgrado en educación artística y estudios culturales y Director de la unidad para la investigación en Educación, Cultura y las Artes, más conocida por sus siglas en inglés, URECA.

En 1998, David Blunkett, Ministro de Educación y Empleo británico, lo puso al frente del comité consultivo nacional sobre educación creativa y cultura; comité que, posiblemente, realizó la mayor investigación nacional sobre la importancia de la creatividad en la educación y la economía del Reino Unido. Fruto del trabajo en dicho comité, se publicó el informe: «Todos nuestros futuros: creatividad, cultura y educación”, el cual tuvo un gran impacto porque puso en manifiesto el escaso papel que, hasta entonces, había recibido la creatividad y la importancia que sobre ella recaía en el futuro, ya no sólo del país, sino de la propia humanidad.

Aquí presentamos una síntesis de su visión educativa, que propone hace más de 30 años; vemos lo atingente y relevante de su manifiesto:

1. La creatividad debe ser tan importante en la educación como la alfabetización
Robinson mostró que en las escuelas se desprecia la creatividad y solo se premia la habilidad en matemáticas, lengua o historia, cuando deberían estar al mismo nivel. L@s niñ@s tienen una capacidad para innovar y talentos extraordinarios que, al ser relegados, están siendo desperdiciados.

2. Estigmatizar el error mata la creatividad
Para crear, para innovar, no hay que temer equivocarse porque, si l@s niñ@s tienen miedo a equivocarse, dejarán de probar y de experimentar. Sin embargo, el sistema de educación actual establece que los errores son negativos y va aniquilando la creatividad inherente al ser humano.

3. En las escuelas se educa solo el cerebro y, especialmente, el hemisferio izquierdo
Todos los sistemas educativos consideran una jerarquía que sitúa en lo más alto las matemáticas y los idiomas, seguidos de las humanidades y, en el nivel más bajo, las artes. Y, dentro de las artes, incluso se da más importancia a la plástica y la música que al teatro o el baile. No se educa el uso del propio cuerpo, ni la capacidad de crear e imaginar, porque el sistema educativo se diseñó con y desde la revolución industrial, para enseñar a trabajar, y da más importancia a los temas o aspectos útiles para el trabajo, más que a un desarrollo humano integral y saludable.

4. El sistema de valoración escolar no es justo
En contra de lo que muchos piensan, la habilidad académica no es sinónimo de inteligencia. Nos hemos acostumbrado a creer que un niñ@ al que no le va bien en el colegio no es inteligente, cuando en realidad puede tener mucho talento, ser brillante y creativo. El problema es que en las escuelas no se valora la inteligencia o el desarrollo de competencias, sino la capacidad de destacar en ciertas asignaturas o materias.

5. El sistema educativo actual aleja a muchas personas de sus habilidades naturales
Los talentos de una persona no siempre están a la vista; a veces se esconden bajo la superficie y hay que buscarlos, descubrirlos. La educación debería ser el entorno donde se creen las circunstancias adecuadas para que esos variados talentos emerjan, pero no es así.

6. La educación no debe sufrir una evolución, sino una revolución
Para solucionar los problemas de los sistemas actuales, no bastan los cambios superficiales: la educación tiene que transformarse en algo diferente a lo que es ahora. Para ello, debemos desprendernos de las ideas preconcebidas, como el hecho de que todo el mundo deba ir a la Universidad, que deriva en una concepción lineal de la educación que no es adecuada. Lo importante no es superar cursos sino desarrollar al máximo las capacidades de la persona.

7. Hay que cambiar el concepto de inteligencia
Las comunidades humanas dependen de un amplio abanico de habilidades y no pueden apoyarse sobre una única definición de talento. Ese es uno de los mayores retos en el ámbito educativo: cambiar esa definición, cambiar el concepto de inteligencia. La inteligencia es diversa, dinámica e interactiva y, sobre todo, única. El objetivo, por lo tanto, es que la persona encuentre su talento y tenga una dedicación extraordinaria, y espacios seguros para desarrollarlo.

8. La educación debe personalizarse y volverse orgánica
El sistema educativo actual sigue un modelo industrial, estandarizado y conformista. Educamos a l@s niñ@s con las premisas de la comida basura –el el sentido de la estandarización y desarrollo «rápido»– sin importarnos las características de cada uno, cuando en realidad los talentos y las capacidades que son tan diversas como l@s estudiantes. Se propone optar por un modelo agrícola, orgánico –como el granjero–; la labor de la educación debe centrarse en crear las condiciones más adecuadas para que el niñ@ crezca y desarrolle sus talentos.

9. Debemos replantearnos los principios fundamentales en los que educamos a nuestr@s hij@s
Igual que el planeta se explota para extraer los recursos que  interesan, el sistema educativo explota nuestro cerebro para que ejecute ciertas tareas y desarrolle ciertas habilidades concretas. La educación del futuro no puede seguir estas premisas, sino que debe valorar a l@s niñ@s por todo lo que son, también por su imaginación y la riqueza que supone su capacidad creativa.

10. Para educar hay que alentar la pasión y conmover el espíritu
Debe crearse un movimiento en educación en el cual la gente desarrolle sus propias soluciones con el apoyo de un currículum personalizado. Pero debe hacerse apelando a la pasión, porque cuando hacemos lo que nos apasiona, sea lo que sea, somos felices y nos sentimos plen@s. (editado) 

Recomendamos visitar su página web http://sirkenrobinson.com/ y esta charla TED https://www.ted.com/talks/sir_ken_robinson_changing_education_paradigms