En La Segunda, el cofundador y partner de Yuken, Carlos Osorio, fue parte de la nota «Nueva ‘arquitectura’ digital desafía a las empresas» que propone la premisa que una empresa moderna sin innovación tecnológica no existe. Al respecto, Carlos Osorio señaló que los beneficios de implementar innovaciones pueden variar, dependiendo de si se desarrolla tecnología propia o si se compra a terceros.

A su juicio, la mayoría de los esfuerzos de transformación digital responden a tendencias iniciadas entre 1998 y 2005 por empresas que se estaban transformando e incorporando innovaciones digitales desarrolladas por ellos.

Esto lleva a que algunas empresas prefieran adquirir tecnología, pues -precisa- «son más fáciles de incorporar, el riesgo de fracaso es menor y, aun cuando pueden ser más novedosas para las empresas que las adoptan, para el mercado ya son incrementales».

Cuando se incorporan innovaciones propias, en cambio, el riesgo es mayor, porque -señala Osorio- «son más difíciles de desarrollar, y son vistas como poco atractivas por la mayoría, ya que compiten con la oferta existente de las empresas, pero el impacto y retorno es mayor».

Pero para que rindan sus frutos, se requieren mayores niveles de desarrollo organizacional y activos intangibles, por lo que solo unas pocas empresas pueden desarrollar herramientas e incorporarlas a su modelo de negocio.